lunes, 2 de julio de 2012

El estudiante de arquitectura, el incomprendido asesino

"¿Puedes salir?"
"No"
"¿Proyectos?"
"Seh"

"Necesito que..."
"No podre hasta fin de curso, y eso si las apruebo todas"
"Has cambiado"
"¿Te gusta esta ventana?"
"Es mona."
"Pues son horas de reflexión y de estudio de la luz, fruto de la observación, y de la correcta interpretación de todos los elementos el entorno"
"Pues yo veo un ventana muy bonita"

Y así podríamos seguir hasta el infinito.

Al final terminas acostumbrándote.

O eso crees.

El arquitecto es un asesino, es o se hace, no lo sé.

Y esto se demuestra cuando alguien ajeno a la arquitectura habla sobre tus proyectos y maquetas como si fueran juguetes, cosa que pensando en frío es totalmente normal. Pero irremediablemente despierta un instinto asesino en el estudiante de arquitectura.
Una frase como;

"Que bonitas las ventanas, i que mona la personita"

puede despertar en nosotros un fuerte instinto asesino y acabar con un trágico accidente y con una pena de cárcel considerable.

Atentamente,

Un asesino en potencia

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